Estoy de estreno. Ha costado un poco, pero finalmente tengo marca. Aunque me parece muy atrevida haciendo caso de los consejos de Eurogap (Gracias Ana) y de algunos gurús como Tom Peters, que hace quince años decía "Haz de Ti una Marca", apuesto por la marca personal. Está claro que aún estoy empezando, que mi nombre no es reconocido, bla, bla, bla..., pero la verdad es que lo que ofrezco, lo que vendo, es lo que yo hago, lo que yo puedo hacer, a veces será con otros, pues creo en el trabajo en red y creo en la interdependencia, pero al fin y al cabo lo que hago es acompañar a otros profesionales en un camino hacia la mejora propia, de los equipos en los que y/o en los que trabaja (a las organizaciones, que son personas al servicio de personas) y a particulares en el camino hacia su desarrollo, realización, satisfacción...FELICIDAD. Y eso que ofrezco lo hago de un modo personal, "a mi manera", con herramientas adquiridas aquí y allá (Masters, cursos, libros, etc.) y con la experiencia vivida en mis años "al otro lado" (como directiva) y las experiencias vitales, las buenas y sobre todo las malas, de las personas que ha pasado por mi vida, de las vivencias en distintos lugares, en diversas circunstancias. Y todo eso es personalísimo e intransferible. Si añado un nuevo ingrediente que podríamos llamar artesanía, flexibilidad, "ad hoc" lo personal y cercano se hace aún más presente. Si además tengo en cuenta que todo lo que quiero hacer deseo hacerlo desde la confianza, desde la distancia corta, desde el respeto a cada persona como persona, desde el cariño y compromiso para dar lo mejor de mi en cada proyecto, aún podemos verlo más claro.
Este proyecto, es el proyecto de Larraitz Urrestilla y es así como debo presentarme, porque "la oferta soy yo", como invita a trabajar en uno de sus ejercicios Roco Pacheco (http://aprendizajenmovimiento.blogia.com/) porque un coach cuando acompaña a un coachee se pone a su servicio, se da, se entrega.
Además de todo ello, este proyecto es para mi un proyecto profesional + proyecto vital (un modo de vida, una ilusión, mi camino), así que no podía llamarse de otro modo.