
Bien, cuando nos encontramos ante la necesidad de decidir debemos ser capaces de reflexionar, acercarnos, sentir otras posibles alternativas, de este modo tendremos en cuenta que podemos decidir:
SINO
LAS DOS
NINGUNA DE LAS DOS
NINGUNA DE LAS DOS Y NI TAN SIQUIERA ESTA
Si nos atrevemos a esta nueva mirada podremos ser más creativos y dar con lo que realmente necesitamos o queremos, en definitiva, con la decisión acertada. En muchas ocasiones lo que se esconde detrás de un dilema es otro dilema; en realidad, en el fondo tengo claro cual es mi opción, pero hay una tercera cosa que me genera otro dilema. En ese caso, dejaré de engañarme y trabajaré de esta misma manera ese otro dilema. Por ejemplo, si mi empresa me ofrece un nuevo proyecto muy atractivo para mi en otra ciudad, a primera vista el dilema es si lo acepto o no, por el hecho de que supone cambiar de ciudad. Pero quizá en el fondo yo sí quiero aceptar y el dilema en realidad es que en la ciudad en la que vivo tengo a la persona con la que quiero compartir mi vida. En este caso abordaré esta segunda cuestión dándome el permiso de viajar al si, al no, a las dos y a ninguna.
Se trata de un cambio de perspectiva. De ampliar la visión. Porque las cosas no tienen porque ser blanco o negro.
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