lunes, 5 de julio de 2010

Dirección de cultura organizacional

Ayer estaba en un porche a mediodía leyendo tranquilamente algunos periódicos, ojeando las ofertas de trabajo, pues soy una de los cuatro millones de desempleados, en este caso no víctima de la crisis, pero eso os lo contaré otro día, y me encontré con un artículo de lo más interesante sobre la función hacia la que se debe tender desde, lo que hasta ahora conocemos como Dirección de RR.HH.y que hasta ahora ha cumplido su función en el modelo aún imperante de empresa y de forma de gestión. Sin embargo, vivimos en un momento de cambio, no en vano estamos en plena crisis, y lo que se avecina es un cambio de paradigma. De tener la mirada puesta en el capital deberemos pasar a mirar a lo humano, de modo que no sólo sea objetivo ganar dinero sino también perseguir el bienestar de los empleados, de la sociedad y del medioambiente. Un nuevo paradigma que empuja a que los mandos "desarrollen sus competencias emocionales, de manera que aprendan a gestionar a sus colaboradores de una forma más constructiva y eficiente".
Con este nuevo paradigma nace el DIRECTOR DE CULTURA ORGANIZACIONAL, dirección a la que está llamada a reconvertirse la actual Dirección de RR.HH.
La misión del Director de Cultura Organizacional " es acompañar a la empresa en su proceso de cambio, adaptando la función y el funcionamiento de la compañía al "nuevo paradigma económico". Para ello, deberá realizar las siguientes funciones:
- "Promover el autoconocimiento organizacional", mediante diagnósticos organizacionales y planes de mejora o desarrollo derivados de los mismos, en los que se dará opción a los empleados a desarrollar su potencial, para lo que se valdrán de expertos externos en coaching e inteligencia emocional.
- "Coordinar el desarrollo de la cultura organizacional" para poder alinear los valores de la organización con los de los trabajadores.
- "Promover el liderazgo organizacional" para lograr la alineación total, que la empresa se gestione de una manera consciente conectándose con su real razón de ser y, si resultara necesario, replantear la estrategia a seguir.
Para que este cambio, al que estamos abocados, se produzca del mejor modo posible y a tiempo, lo único necesario es que los Directores Generales dejen su miedo a perder el control de la organización de lado y se apoyen en profesionales que les acompañen en el camino.
A mi me encantará aportar mi granito de árena en esta transformación cultural, bien sea desde fuera o desde dentro de alguna organización.