viernes, 7 de agosto de 2009

VACACIONES en mayúscula


Hace algunos años que al final del verano, allá por septiembre, nos bombardean, además de con un montón de colecciones de kiosko, con aquello del síndrome de la vuelta al trabajo, lo que nos cuesta, los efectos psicológicos y físicos etc. Es probable que este año también ocurra, sobre todo si tenemos en cuenta las miles de personas que, debido a la crisis, van a "disfrutar" de más tiempo de "vacaciones" derviados de EREs y demás variedades. De esto hablaremos en su momento. Lo que me tiene más preocupada es la incapacidad de disfrutar de los días libres en esta época del año que cada vez más personas padecen. ¿Podría considerarse una patología?



Muchos dicen a la vuelta de sus vacaciones no haber podido descansar por no haber podido desconectar. Y, hoy que es mi último día antes de mis vacaciones, me pregunto:

Cuando nos tomamos vacaciones ¿tomamos las medidas suficientes para que no nos bombardeen? Es tan sencillo como dejar el portátil en casa o en la oficina, lo mismo la blackberry, avisar a tus compañeros y a las personas con las que colaboras habitualmente de que te vas de vacaciones. Si las vacaciones han sido planificadas lo importante ya ha sido encauzado o habrá personas en la oficina que puedan hacerlo.

Creo que nos resistimos a desconectar porque por naturaleza creemos ser imprescindibles, porque no queremos que nos olviden, porque no sabemos cómo desenvolvernos en otros ambientes o porque en nuestros otros roles (madre, padre, hij@, pareja, amig@) estamos desentrenados o simplemente estamos en crisis con nuestra pareja. Cada uno tendrá su motivo para llegar al punto de llevarse el portátil a la playa o donde quiera que haya decidio pasar sus días de "descanso".

Me alegra ver en los informativos que los avances tecnológicos nos permiten conectarnos a la red de redes en el lugar más recondito, pero me parece una pena ver cómo la gente responde a emails sin urgencia o trascendencia en el chiringuito de la playa mientras toma una cerveza. Es una verdadera pena, con lo bien que se está en ese mismo chiringuito viendo la puesta de sol, difrutando del ruido de fondo de conversaciones y juegos, sintiendo la brisa en la cara y el cuerpo...

Cada cosa en su momento y lugar.

Yo me dispongo a disfrutar 100% de mis vacaciones.


miércoles, 5 de agosto de 2009

Los cuatro elementos y el comportamiento

TIERRA

Es el elemento de la fuerza, de la resistencia a los cambios, inflexible, este elemento permite echar raíces. Desde este elemento obtenemos la voluntad de mantenernos en relaciones, ideas, proyectos y fijar límites

Movimiento: Poco o ningún movimiento, categóricos, expresan consistencias, lentos y monótonos.
Emociones: Calma, estabilidad, cautela, tristeza, arrogancia.
Respiración: Baja
Tono de voz: Claro, sin mayor expresión.
Mirada: Neutra sin mayor expresión.
Discurso: "Esto es lo que quiero que hagas"
Temporalidad de sus conversaciones: Centrados, más bien en el pasado, pocas conversaciones de futuro

Acciones posibles en la empresa: Pedir aumento de sueldo, poner límites, preservar e implantar un proyecto.

AGUA

Es el elemento del entendimiento, es decir, del escuchar, de ser receptivo, de la empatía, es el elemento que cede, que se adapta, retrocede, acepta.

Movimiento: Delicados, ondulantes, suaves y lentos
Emociones: Ternura, gratitud, culpa, cuidado, empatía, vergüenza.
Respiración: Espalda Baja. Tono de voz: Dulce, calido, con espacio de silencio.
Mirada: Suave, húmeda. Discurso: ¿Qué piensas hacer?
Temporalidad de sus conversaciones: Pasado y Presen

Acciones posibles en la empresa: Declarar reconocimiento, facilitar el proceso de cambio

AIRE

Es el elemento de la fluidez, del desapego, de la liviandad, cambia de dirección en cualquier momento. Nos permite cambiar de opinión. Es posible el sueño y el soñar. No tiene límites claros de acción y pensamiento.

Movimiento: irregular, circular y hacia todos lados, inseguros, cambiantes. Mucho movimiento. Emociones: Liviandad, inseguridad, irascible, voluble e influenciable.
Respiración: Cambiante, parte alta del cuerpo.
Tono de voz: Alto, suave e inseguro.
Mirada: Inquieta, algo perdida.
Discurso: "Ahora pienso esto y ahora pienso esto otro".
Temporalidad de sus conversaciones: Son el presente pero ausente, cambian constantemente al pasado o al futuro.

Acciones posibles en la empresa: Imaginar nuevos proyectos, innovar

FUEGO

Es el elemento que reacciona rápidamente, con entusiasmo, el que está siempre viendo posibilidades, es impetuoso, invade espacios, tiene presencia fuerte. El fuego avanza y seduce a otros a avanzar con él.

Movimiento: Ágiles, seguros, decididos.
Emociones: Pasión, ambición, seducción, envidia, decisión, competitividad.
Respiración: Ansiosa, entrecortada.
Tono de voz: Seguro, fuerte.
Mirada: Fija, intensa, brillante.
Discurso: ¡Quiero hacer algo contigo!
Temporalidad de sus conversaciones: Futuro

Acciones posibles en la empresa: El cierre de una venta, liderar equipos, sacar adelante un proyecto


martes, 4 de agosto de 2009

Pensamiento sistémico


Sigo tratando de entrenar la mirada sistémica (al hilo de la formación en constelaciones organizacionales) tratando de romper con el modelo lineal al uso causa-efecto, teniendo presente que toda decisión es adoptada en el contexto de un sistema, un conjunto de relaciones que no necesariamente responde a nuestra lógica de todos los días.

Y es que pensar sistémicamente da la oportunidad de identificar cómo se puede actuar afectando el comportamiento de un sistema a través de acciones de bajo esfuerzo que sin embargo tienen un alto impacto en el comportamiento del sistema que queremos tocar.

En estas ando intentando ver en diferentes sistemas (las empresas en las que colaboro, los diferentes departamentos, etc.) cómo afecta el respetar o no los principios sistémicos (identificados por Bert Hellinger en el ámbito de las constelaciones familiares y adoptadas y adaptadas al ámbito de las organizaciones). Estos principios no son leyes o normas que deban aplicarse para que un sistema funcione, los sistemas funcionan de todos modos lo que ocurre es que se derivaran problemas de ineficacia, ineficiencia, conflictos de todo tipo si estos principios no son respetados. Por lo tanto, nos dan una gran pista para identificar la raíz de algunos problemas con los que nos encontramos habitualmente en las empresas.

Me he hecho el propósito de tratar de ver los comportamientos de personas y grupos de personas con poniéndome estas gafas especiales (la mirada sistémica).


Para ello deberé tener presente en todo momento los principios sistémicos:


• En el sistema todos tienen el derecho a su lugar (pertenencia).
• Tiene que haber un equilibrio entre dar y recibir: entre los individuos; entre los individuos y el sistema y entre las diferentes partes del sistema.
• El principio del orden. El sistema exige que ciertas prioridades y órdenes de precedencia deban ser observadas. Esto incluye la antigüedad, especialización, cualificación, jerarquía funcional, etc.