domingo, 22 de marzo de 2009

The T-bag constellation


Me costó despedirme de mi familia el viernes en pleno puente para dejarlos en la tranquilidad de los Pirineos y desplazarme a Bilbao. Ha sido un fin de semana intenso de experiencias y descubrimientos en constelaciones organizacionales de la mano de Jan Jacob Stam (http://www.hellingerinstituut.nl/basic.php?subject=international&page=page_02&photo=foto_01). Una vez más me he quedado boquiabierta de la magia que se produce mediante las constelaciones. Sin embargo, quiero destacar y dejar bien guardado en mi recuerdo la experiencia vivida hoy con Jan Jacob como facilitador y yo como coachee en un ejercicio de coaching sistémico en el que el simple hecho de elegir unos elementos (sobres de té, que guardaré con mucho cariño) como representantes de diferentes sistemas dentro del sistema organizativo al que pertenezco y de mi misma y colocarlos intuitivamente para después observarlos desde distintos ángulos ha hecho posible que percibiera cosas que de otro modo no he sido capaz. La facilidad con que Jan Jacob sin saber qué tema tenía entre manos, quienes eran o cuáles eran los sistemas representados ha sido capaz de percibir sensaciones de presión y de liberación y felicidad cuando he cambiado de situación los elementos dibujando el escenario que yo entiendo sería el ideal, me han cautivado.Gracias a un breve ejercicio/juego puedo entender algunas acciones y actitudes de personas y grupos de personas que antes no comprendía.

Ya sé que todo esto es dífil de comprender, es tan díficil como para mi explicarlo. Lo único que sé es que puede ser una herramienta estupenda para clarificar escenarios y dar pie a posibles soluciones desde la posibilidad real y no desde el deseo.

Simplemente quiero dejar constancia de lo agradecida que estoy de las enseñanzas de Jan Jacob estos días.

Thank you very much Jan Jacob.

1 comentario:

Anónimo dijo...

No se puede transmitir la magia con palabras... o si. Bonito post. ya te tengo apuntada en mis blogs favoritos y te sigo desde mi casa. Un abrazo
Asier