lunes, 15 de marzo de 2010

Del dilema al tetralema

Se acabó, se cerró una etapa. Este fin de semana hemos terminado con la formación intensiva en constelaciones organizacionales, después de practicamente año y medio en el que hemos ido descubriendo un nuevo lenguaje, una nueva mirada, nuevas posibilidades...de la mano de Guillermo Echegaray, Jan Jacob Stam, Katia del Rivero y Christoph Papst. Con este último hemos compartido estos últimos tres días llenos de aprendizaje y mucha emoción. Nos ha enseñado mucho, pero como siempre, uno resuena más con unas cosas que con otras. En mi caso me quedo con la nueva visión de que cuando estamos ante un dilema estamos encerrados en un túnel en el que nada más vemos dos posibilidades o alternativas: Si y No. Sin embargo, debemos de tratar de abrir el horizonte y ver más allá porque siempre puede haber más de dos alternativas. Me recuerda mucho a las claves del win-win cuando se trata de resolver un conflicto.
Bien, cuando nos encontramos ante la necesidad de decidir debemos ser capaces de reflexionar, acercarnos, sentir otras posibles alternativas, de este modo tendremos en cuenta que podemos decidir:
SI
NO
LAS DOS
NINGUNA DE LAS DOS
NINGUNA DE LAS DOS Y NI TAN SIQUIERA ESTA
Si nos atrevemos a esta nueva mirada podremos ser más creativos y dar con lo que realmente necesitamos o queremos, en definitiva, con la decisión acertada. En muchas ocasiones lo que se esconde detrás de un dilema es otro dilema; en realidad, en el fondo tengo claro cual es mi opción, pero hay una tercera cosa que me genera otro dilema. En ese caso, dejaré de engañarme y trabajaré de esta misma manera ese otro dilema. Por ejemplo, si mi empresa me ofrece un nuevo proyecto muy atractivo para mi en otra ciudad, a primera vista el dilema es si lo acepto o no, por el hecho de que supone cambiar de ciudad. Pero quizá en el fondo yo sí quiero aceptar y el dilema en realidad es que en la ciudad en la que vivo tengo a la persona con la que quiero compartir mi vida. En este caso abordaré esta segunda cuestión dándome el permiso de viajar al si, al no, a las dos y a ninguna.
Se trata de un cambio de perspectiva. De ampliar la visión. Porque las cosas no tienen porque ser blanco o negro.

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