viernes, 29 de octubre de 2010

Emprendizaje y emociones

Parece que entre las píldoras anticrisis, además de la innovación, está el emprendizaje. De hecho, muchas de las personas que se quedan, por la razón que sea, sin trabajo optan por esta vía para dar continuidad a su vida profesional. Ahora que me encuentro en la piel del pequeño emprendedor, ese que está sólo y comienza con un nuevo proyecto, quisiera poner mi mirada en las emociones que se presentan cuando uno se plantea emprender.
Emociones limitadoras:
La principal emoción que surge es el MIEDO derivado de:
· La incertidumbre económica: ya no hay unos ingresos fijos y sí unos gastos.
· La inseguridad de si seré lo suficientemente competente como para sacar el proyecto adelante: de repente, según te vas centrando en lo que quieres hacer vas teniendo la sensación de saber menos.
· La inexperiencia en ciertas áreas: uno es especialista en determinada área (recursos humanos, coaching, formación) que es a la que va a dedicar su proyecto, pero carece de conocimientos y/o experiencia suficientes en otras que ahora requieren dedicación (finanzas, marketing, comercial, etc.).
· Las opiniones de quiénes te rodean, familia y amigos: parecen todos valorar la seguridad y tranquilidad que da un empleo por cuenta ajena o como funcionario y hace que te plantees si estás haciendo lo correcto o si estás loco.
Debido a esto hay muchísimas personas con el potencial necesario y con ideas interesantes que no se lanzan a la aventura del emprendizaje.
Emociones que refuerzan:
La ILUSIÓN es la principal emoción, la que nos mueve, la que nos da energía. Es una emoción que surge de:
· Sentirte protagonista de tu vida. Tú eres quien decide y quien tiene las riendas para decidir qué es lo que haces.
· Saber que puedes aportar valor a otros (personas, empresas, organizaciones…).
· La motivación de dedicarte a lo que te gusta, a aquello para lo que te has formado e invertido gran parte de tu vida y de tu dinero y/ o el de tus padres.
· La sensación de crear algo, parir algo que lleva tu sello de identidad, es como realizar una obra para un artista, dar vida a un hijo para una madre.
· Sentir el apoyo de tu pareja. Resulta fundamental que la persona con quien compartes tu proyecto de vida te apoye a la hora de dar un paso como este.
Cuando está emoción gana al miedo es cuando se puede emprender.
Creo que para las emociones limitadoras puede hacerse mucho desde las instituciones. Si realmente uno de los cambios que deben darse a raíz de esta crisis es la de apostar por ele emprendizaje ayudemos a quienes tienen una idea y el potencial suficiente para que venzan sus miedos; ayudas económicas, ayudas de apoyo en la creación y en la gestión, ayudas de asesoramiento previo a la decisión de emprender. No digo con esto que no las haya, las hay, pero parecen no ser suficientes como para que muchos den el salto. Seamos también en esto creativos e innovadores.

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