miércoles, 11 de febrero de 2009

Sigue lloviendo.


En segundo lugar, tras la crisis, se sitúa, como tema más comentado entre todas las personas que conozco, el tiempo. Desde octubre no para de llover, hemos tenido ya varias nevadas y un ciclón. Estamos cansados de todo esto. No hay luz, todo es triste y oscuro. No se puede salir a dar un paseo. Los niños están que se suben por las paredes, pues no pueden descargar toda esa energía que tienen entre las cuatro paredes del aula de la escuela o de la del salón de casa. Los padres están desesperados, ya no saben cómo entretener a sus hijos. Los profesores desquiciados. Los “abuelos niñera” otro tanto. También estamos aquí en crisis. Deberemos aplicar recetas contra la misma que escuchamos todos los días a nivel empresarial: Innovación.
- -Convertiremos el momento de preparar la cena en un juego de toda la familia. Uno pela las patatas, otro bate los huevos, otro pone la mesa y comentamos lo bien que lo estamos haciendo.
- -Sacaremos los juegos de toda la vida y jugaremos padres e hijos. Sirven parchís, oca, cartas, mikado… Bueno, también sirve la wii.
- -Miraremos en Internet los posibles destinos de nuestras próximas vacaciones y debatiremos sobre lo que nos gustaría hacer.
- -Pondremos música y haremos de nuestro salón una discoteca improvisada.
- -Invitaremos a merendar a casa a amigos con niños.
- -Imprimiremos las fotos que tenemos aún en la cámara sin descargar, como siempre, y las colocaremos en un álbum.
- -Alquilaremos un peli que nos gustaba de críos y la veremos comiendo palomitas que previamente habremos preparado en la sartén.
- -Nos pondremos las botas de goma y bajaremos al garaje a ponerlo todo como la patena, incluido el coche.
Bueno, muy originales no es que sean lo planes, pero lo he intentado. Ahora solamente queda ir poniendo en práctica dos de ellos cada fin de semana, en plan cuadrilla boy scout.
Es otra forma de mirar al mal tiempo. Pongámonos a pensar en positivo y a actuar en lugar de quedarnos una vez más en la queja. Seguro que conseguimos pasar buenos ratos, de esos que se recuerdan toda la vida. Seguro que esto nos da más juego que salir al parque soltar a los niños a su aire mientras los mayores tomamos una cerveza en el bar de la esquina.


Al mal tiempo buena cara.


Se admiten sugerencias.

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